Cuenta una maravillosa historia de dos personas,
una mujer, y un hombre, totalmente enamorados, pero algo les impide expresar al
máximo su amor, la distancia. A pesar de la distancia, el hombre se las ingenia de mil
formas para poder llegar a tocar físicamente el corazón de su enamorada, que
está a varias horas de distancia, alejados, sin poder abrazarse. Espero que
disfruten esta historia, triste, dura, y real, de un corazón desesperado por su
compañía.
Ella:¿Qué haces?
El:Nada, juego con una pelota jaja… Te extraño.
Ella:Yo también, quiero verte. ¿Qué tan lejos
está Roma de Madrid?
El:Hmmm, no sé. Tengo una idea, pero dirás que
estoy loco.
Ella:¿Qué idea?
El:No cuelgues, voy a cambiarme y a empacar algo
de ropa.
Ella:¡¿Qué?! ¿Ropa para qué? ¿De qué hablas?
El:Te necesito; necesito verte.
Ella:Estás demente jajaja, no eres capáz.
El:¿Bromeas? Lo haré, pero tienes que hablarme
todo el camino.
(Empaca, sale al auto y empieza a conducir)
Ella:Esto es una locura, aún no te creo capáz.
El:Estoy decidido; ¡si no te veo me volveré loco, lo
sé!
(Se oye un frenazo y cornetas de autos)
El:¡Sal de mi camino, idiota! ¡Voy a ver al amor de
mi vida!
Ella:¿Qué pasó? ¿Estás bien?
El:Sí, sólo un imbécil daltónico que no sabe la
función de un semáforo.
Ella:Jajaja. Te amo.
Él se queda pensativo unos segundos mientras
conduce…)
El:Yo también te amo.
(Llega al terminal y empieza a hablar con la
encargada de los boletos)
El:Señorita, ¿a qué hora sale el primer tren a
Madrid?
Ella:¡¿Es en serio?!
Srita:Sólo queda un boleto y sale en una hora
aproximadamente.
El:Perfecto; quiero ese boleto.
Ella:¡Respóndeme! ¡Estás demente!
El:Shhh. También quieres verme, ¿o no?
Srita:Aquí está, disfrute el viaje.
El:Gracias.
Ella:¡Qué nervios! ¿Cómo me haces esto? Estás
loco, Angel.
El:Jajaja. Así de loco me quieres.
Ella:¡No! En serio, ¿estás seguro de lo que estás
haciendo? ¿Dónde te vas a quedar?
El:Jajajaja. Rayos, no lo había pensado. ¿Estás en
tu computadora?
Ella:No, pero está cerca, ¿por qué?
El:Consigue el número de un hotel cercano y me lo
pasas, por favor.
Ella:Hmmm, bueno; ¿cómo llamarás sin colgar?
Dijiste que hablaríamos todo el camino.
El:Existe más de un teléfono en el mundo, mi
cielo.
El:Nada, juego con una pelota jaja… Te extraño.
Ella:Yo también, quiero verte. ¿Qué tan lejos
está Roma de Madrid?
El:Hmmm, no sé. Tengo una idea, pero dirás que
estoy loco.
Ella:¿Qué idea?
El:No cuelgues, voy a cambiarme y a empacar algo
de ropa.
Ella:¡¿Qué?! ¿Ropa para qué? ¿De qué hablas?
El:Te necesito; necesito verte.
Ella:Estás demente jajaja, no eres capáz.
El:¿Bromeas? Lo haré, pero tienes que hablarme
todo el camino.
(Empaca, sale al auto y empieza a conducir)
Ella:Esto es una locura, aún no te creo capáz.
El:Estoy decidido; ¡si no te veo me volveré loco, lo
sé!
(Se oye un frenazo y cornetas de autos)
El:¡Sal de mi camino, idiota! ¡Voy a ver al amor de
mi vida!
Ella:¿Qué pasó? ¿Estás bien?
El:Sí, sólo un imbécil daltónico que no sabe la
función de un semáforo.
Ella:Jajaja. Te amo.
Él se queda pensativo unos segundos mientras
conduce…)
El:Yo también te amo.
(Llega al terminal y empieza a hablar con la
encargada de los boletos)
El:Señorita, ¿a qué hora sale el primer tren a
Madrid?
Ella:¡¿Es en serio?!
Srita:Sólo queda un boleto y sale en una hora
aproximadamente.
El:Perfecto; quiero ese boleto.
Ella:¡Respóndeme! ¡Estás demente!
El:Shhh. También quieres verme, ¿o no?
Srita:Aquí está, disfrute el viaje.
El:Gracias.
Ella:¡Qué nervios! ¿Cómo me haces esto? Estás
loco, Angel.
El:Jajaja. Así de loco me quieres.
Ella:¡No! En serio, ¿estás seguro de lo que estás
haciendo? ¿Dónde te vas a quedar?
El:Jajajaja. Rayos, no lo había pensado. ¿Estás en
tu computadora?
Ella:No, pero está cerca, ¿por qué?
El:Consigue el número de un hotel cercano y me lo
pasas, por favor.
Ella:Hmmm, bueno; ¿cómo llamarás sin colgar?
Dijiste que hablaríamos todo el camino.
El:Existe más de un teléfono en el mundo, mi
cielo.
Ella:Tonto. ¿Tienes para anotar?
El:Sí, dime.
(Ella le da el número del hotel)
El:Jaja gracias; ya reservo.
(Él llama y reserva una habitación)
Ella:No lo puedo creer aún, de verdad.
El:Cálmate; no es nada comparado con todo lo
que yo haría por ti.
Ella:Cállate, eres un tonto.
El:Te amo.
Ella:Yo también te amo.
El:Estoy aburrido, divierteme mientras espero al
maldito tren.
Ella:¡No maldigas! Maldita sea.
El:Jajaja tonta.
Ella:Estás demasiado demente.
El:¿No tienes otra cosa que decirme? Ya sé que
estoy demente jajaja.
Ella:Hmmm, ¿cómo se supone que te divierto?
El:No sé; creo que ya subiré al tren.
Ella:¿Te dejan ir con el teléfono?
El:Eso espero, dije que hablaríamos todo el
camino.
(Entra al tren; por suerte, aún hablando por
teléfono)
(Ella ríe con un tono de ironía)
El:¿De qué te ries?
Ella:De nosotros, esto es increíble.
El:Si no quieres no lo hago.
Ella:Jajaja estás en el tren, no hay vuelta
atrás; a demás, si quiero y lo sabes.
El:Jajaja es verdad, igual no pienso dar marcha
atrás.
Ella:¿Qué se supone que le diré a mi mamá?
El:No sé, tampoco lo había pensado.
Ella:¿A quién engañas? Tú no piensas jajaja.
El:Gracias, yo también te quiero, corazón. (Tono
de ironía)
Ella:Sabes que sí jajaja.
El:Si no fuera así, no estaría en esta locura.
Ella:Dime qué ves.
El:Mucha gente, muchos asientos… (Mira por la
ventana.) Hmmm, árboles, más gente, casas.
Ella:Quiero estar ahí contigo.
El:Aquí estarás cuando te secuestre y nos
escapemos jaja.
Ella:¡Sí, claro!
El:Esto se está moviendo ya.
Ella:Qué locura, no puedo creerlo.
El:Es real, nos veremos en unas horas.
El:Sí, dime.
(Ella le da el número del hotel)
El:Jaja gracias; ya reservo.
(Él llama y reserva una habitación)
Ella:No lo puedo creer aún, de verdad.
El:Cálmate; no es nada comparado con todo lo
que yo haría por ti.
Ella:Cállate, eres un tonto.
El:Te amo.
Ella:Yo también te amo.
El:Estoy aburrido, divierteme mientras espero al
maldito tren.
Ella:¡No maldigas! Maldita sea.
El:Jajaja tonta.
Ella:Estás demasiado demente.
El:¿No tienes otra cosa que decirme? Ya sé que
estoy demente jajaja.
Ella:Hmmm, ¿cómo se supone que te divierto?
El:No sé; creo que ya subiré al tren.
Ella:¿Te dejan ir con el teléfono?
El:Eso espero, dije que hablaríamos todo el
camino.
(Entra al tren; por suerte, aún hablando por
teléfono)
(Ella ríe con un tono de ironía)
El:¿De qué te ries?
Ella:De nosotros, esto es increíble.
El:Si no quieres no lo hago.
Ella:Jajaja estás en el tren, no hay vuelta
atrás; a demás, si quiero y lo sabes.
El:Jajaja es verdad, igual no pienso dar marcha
atrás.
Ella:¿Qué se supone que le diré a mi mamá?
El:No sé, tampoco lo había pensado.
Ella:¿A quién engañas? Tú no piensas jajaja.
El:Gracias, yo también te quiero, corazón. (Tono
de ironía)
Ella:Sabes que sí jajaja.
El:Si no fuera así, no estaría en esta locura.
Ella:Dime qué ves.
El:Mucha gente, muchos asientos… (Mira por la
ventana.) Hmmm, árboles, más gente, casas.
Ella:Quiero estar ahí contigo.
El:Aquí estarás cuando te secuestre y nos
escapemos jaja.
Ella:¡Sí, claro!
El:Esto se está moviendo ya.
Ella:Qué locura, no puedo creerlo.
El:Es real, nos veremos en unas horas.
Ella:¿Qué llevarás puesto? ¿Cómo te reconozco?
¿Dónde nos veremos?
El:Cálmate, una pregunta a la vez jaja.
Ella:¡Responde, no es chiste!
El:Sueter blanco, jeans, gorro blanco… ¿Podemos
vernos en el parque del que me hablaste?
Ella:¿El que está aquí cerca de donde vivo?
El:Sí, ese.
Ella:¿Cómo sabrás cómo llegar aquí?
El:Preguntando, supongo, después me las arreglo,
es lo de menos.
Ella:¿Es en serio todo esto?
El:Amor, estoy montado en un tren; escuchaste
mientras compraba el boleto; casi que me
reservaste la habitación del hotel; ¿Te queda
alguna duda?
Ella:Es que es tan surrealista; esto no pasa; no a
mi.
El:Está pasando. Ahora dime: ¿cómo te
reconoceré?
Ella:¡Ni siquiera sé qué ponerme!
El:-En voz baja- Mujeres…
Ella:Cállate, te escuché.
El:Jajajaja perdón, perdón. ¡Ya dime!
Ella:¡No lo sé! -Se levanta, busca entre su ropa-
¡No tengo nada para ponerme!
El:Qué exagerada, algo ha de haber; sino así
mismo como estés.
Ella:¡¿Qué?! No, estoy en pijama, Angel.
El:No me importa lo que lleves puesto, me importa
que seas tú. ¡Quiero verte ya!
Ella:Ya, después veré; mientras busco, dime qué
ves.
El:El cielo…
Ella:¿Cómo está? Descríbelo para mi.
El:Azul, con pocas nubes… Tienes que verlo, le
tomaré una foto.
Ella:Tómate una foto a ti también.
(Le toma la foto a la ventanilla y una a él con
los ojos cerrados con fuerza y sacando la
lengua)
El:Ya está, salí feo, ya no me vas a querer.
Ella:Jajaja ¡Quiero verla!
El:Quiero una foto juntos. No, ¡quiero MUCHAS
fotos juntos!
Ella:Qué vergüenza que me vean contigo, mejor
no jajaja.
El:Jajaja ok. ¡Me quiero bajar del tren, el amor
de mi vida ya no me quiere ver!
Ella:¡Cállate, loco! Qué idiota eres, ¡qué idiota!
El:Tú te lo buscaste jajaja.
Ella:¿Cuánto falta?
El:No lo sé, no mucho, supongo…
(Pasadas unas horas el tren se detiene, él se
baja y busca su equipaje)
El:¿Dónde puedo alquilar un auto? No te sacaré
a pasear en bus jajaja
(Ella le dice el sitio, él para un taxi y va por un
auto; luego empieza a conducir a la casa de ella)
El:¿Dónde era?
Ella:¿Dónde estás?
El:Jajaja no tengo idea. Espera, ya sé.
(Para otro taxi y le indica la dirección a donde
va para que lo guíe)
El:Soy un genio; le dije a un taxista que me
conduzca hacia allá.
Ella:¡Y yo aún no sé qué ponerme!
El:Estoy cerca.
Ella:¡¿Qué?! ¡¿Ya?!
El:Sí, pero antes tengo que comprar una cosa,
tienes tiempo.
Ella:¿Qué cosa?
El:¿Qué te importa? Jajaja no te quiero decir.
Ella:¡Dime!
El:Ehmm, nada, nada, ya voy para allá.
Ella:Hmmm ok.
(Se detiene en una floristería y compra la rosa
más bella del lugar)
Ella:¿Qué es eso que se oye? ¿Dónde estás?
El:Nada, ya voy en camino.
Ella:¡Nunca me dices nada!
El:Ya tendrás oportunidad de golpearme por eso
jaja.
Ella:Sí, es lo primero que haré.
El:¡Escucha! Pon atención.
Ella:¿Qué?
(Le sube el volumen al radio del auto; se oye
“just the way you are” – Bruno mars)
El:When I see your face…
Ella:¡Te odio! Cantas feo, cállate.
El:No me importa, canta conmigo.
Ella:No, eres demasiado tonto jajaja.
El:Estoy en el hotel que me dijiste. ¿Ahora hacia
dónde?
(Ella le indica la dirección y él llega a la puerta
de la urbanización, donde habla con el vigilante)
El:Buenas tardes.
Vigilante:Sí, ¿qué se le ofrece?
El:Vengo a ver a Andrea Gutierrez. Casa número
10.
Vigilante:Ok, pasa.
El:Gracias.
Ella:¡Dios!
El:Dios no; Angel, por favor.
Ella:Imbécil jajaja.
El:Ya estoy afuera, no sé qué casa es la 10, así
que iré al parque.
Ella:Espérame ahí.
El:Estoy nervioso, ya no quiero jajaja.
Ella:¡Vete, pues!
El:¿Después de todo lo que recorri? Estás loca.
Ella:Ya estoy lista, voy para allá, ¿ya puedo
colgar?
El:¡No! Quiero verte llegar hablando por teléfono.
Ella:Jajaja ¿por qué?
El:¿Qué haré mientras vienes? Hablarte me calma.
Él está sentado en uno de los bancos del parque
impaciente por verla y escondiendo la rosa
detrás de sí. No para de reirse de los nervios por
el teléfono y no puede evitar mirar hacia las
casas a cada segundo para verla llegar. De
pronto ve que alguien se acerca; una chica de
cabello largo y castaño. La chica está sonriendo y
sosteniendo un teléfono. Ella lo mira y baja la
cabeza riendo de los nervios. Los dos se
sonrojan. Él se levanta y va hacia donde está la
chica.
Ella:¿Hola? Jajaja qué locura, en serio.
El:Wow…
Ella:¿Qué? Cállate, estoy demasiado nerviosa.
El:¿En serio eres tú?
Ella:Duh, tonto.
El:Eres demasiado hermosa.
Ella:¡Cállate!
El:Tengo algo para ti.
(Saca la rosa y se la entrega mirando fijamente
sus ojos mientras ella casi no puede sostenerla
de los nervios)
Ella:Gracias… Qué hermoso.
El:No podía llegar con las manos vacías.
Ella:¿Nos sentamos? Creo que tenemos demasiado
de qué hablar…
El:Claro, vamos.
(Se sientan en el banco donde él esperaba en un
principio y comienzan a hablar. Ninguno de los dos
puede creer que el otro esté así; tan cerca)
El:Ven, vamos a los columpios.
(La toma de la mano y van corriendo como niños;
se sientan a seguir conversando)
Ella:Dime, ¿soy como imaginabas que sería?
El:No… Eres aún más perfecta… A ti puedo
tomarte de la mano y ver como te sonrojas
cuando te ries.
Ella:Cállate.
(Lo suelta y se cubre la cara con sus dos manos.
El rie tiernamente al ver que se ruborizó por lo
que dijo. Toma una de sus manos y empieza a
jugar con sus dedos. Ambos se miran. Él le aparta
el cabello de la cara rozando suavemente sus
mejillas y ella toma su mano. Ambos sonríen, no
pueden creerlo…)
Ella:Quiero ver la foto que le tomaste al cielo y
la tuya.
El:Listo, pero no puedes burlarte de mi.
Ella:Trataré, pero sé que saliste muy feo.
(El saca la cámara y le enseña las fotos. Ella se
queda mirando la foto de él con ternura y una
sonrisa se forma en su cara)
El:Ya viste, jaja devuelveme la cámara.
Ella:No, sonríe.
(Ella apunta la cámara hacia él y le saca una
foto)
El:Ey, tenemos que salir los dos, sino no vale.
Él se levanta y toma la cámara; se inclina detrás
de ella poniéndose a un lado y enfoca la cámara
hacia los dos. En eso, sin querer, sus mejillas se
rozan y él se aleja un poco para voltear a
mirarla. Ella hace lo mismo y se miran
mutuamente. Él se acerca y cierran los ojos. Roza
sus labios con los de ella y empieza a besarla a
lo que ella responde. Fue el beso más hermoso, el
momento más hermoso en la vida de ambos. Al
darse cuenta de lo que estaba pasando, se
separan un poco y se abrazan. No quieren que ese
momento se termine.
Ella, tartamudeando y casi sin poder hablar de
los nervios, finalmente dice:¿Y la foto..?
El:Claro, la foto…
Ambos sonríen y él toma la foto. Se queda
admirandola unos segundos y, sin quitarle los
ojos de encima a aquella cámara, toma la mano
de ella y la aprieta suavemente.
Él despierta con lágrimas en los ojos, le da un
golpe a la almohada y se vuelve a dormir…
¿Dónde nos veremos?
El:Cálmate, una pregunta a la vez jaja.
Ella:¡Responde, no es chiste!
El:Sueter blanco, jeans, gorro blanco… ¿Podemos
vernos en el parque del que me hablaste?
Ella:¿El que está aquí cerca de donde vivo?
El:Sí, ese.
Ella:¿Cómo sabrás cómo llegar aquí?
El:Preguntando, supongo, después me las arreglo,
es lo de menos.
Ella:¿Es en serio todo esto?
El:Amor, estoy montado en un tren; escuchaste
mientras compraba el boleto; casi que me
reservaste la habitación del hotel; ¿Te queda
alguna duda?
Ella:Es que es tan surrealista; esto no pasa; no a
mi.
El:Está pasando. Ahora dime: ¿cómo te
reconoceré?
Ella:¡Ni siquiera sé qué ponerme!
El:-En voz baja- Mujeres…
Ella:Cállate, te escuché.
El:Jajajaja perdón, perdón. ¡Ya dime!
Ella:¡No lo sé! -Se levanta, busca entre su ropa-
¡No tengo nada para ponerme!
El:Qué exagerada, algo ha de haber; sino así
mismo como estés.
Ella:¡¿Qué?! No, estoy en pijama, Angel.
El:No me importa lo que lleves puesto, me importa
que seas tú. ¡Quiero verte ya!
Ella:Ya, después veré; mientras busco, dime qué
ves.
El:El cielo…
Ella:¿Cómo está? Descríbelo para mi.
El:Azul, con pocas nubes… Tienes que verlo, le
tomaré una foto.
Ella:Tómate una foto a ti también.
(Le toma la foto a la ventanilla y una a él con
los ojos cerrados con fuerza y sacando la
lengua)
El:Ya está, salí feo, ya no me vas a querer.
Ella:Jajaja ¡Quiero verla!
El:Quiero una foto juntos. No, ¡quiero MUCHAS
fotos juntos!
Ella:Qué vergüenza que me vean contigo, mejor
no jajaja.
El:Jajaja ok. ¡Me quiero bajar del tren, el amor
de mi vida ya no me quiere ver!
Ella:¡Cállate, loco! Qué idiota eres, ¡qué idiota!
El:Tú te lo buscaste jajaja.
Ella:¿Cuánto falta?
El:No lo sé, no mucho, supongo…
(Pasadas unas horas el tren se detiene, él se
baja y busca su equipaje)
El:¿Dónde puedo alquilar un auto? No te sacaré
a pasear en bus jajaja
(Ella le dice el sitio, él para un taxi y va por un
auto; luego empieza a conducir a la casa de ella)
El:¿Dónde era?
Ella:¿Dónde estás?
El:Jajaja no tengo idea. Espera, ya sé.
(Para otro taxi y le indica la dirección a donde
va para que lo guíe)
El:Soy un genio; le dije a un taxista que me
conduzca hacia allá.
Ella:¡Y yo aún no sé qué ponerme!
El:Estoy cerca.
Ella:¡¿Qué?! ¡¿Ya?!
El:Sí, pero antes tengo que comprar una cosa,
tienes tiempo.
Ella:¿Qué cosa?
El:¿Qué te importa? Jajaja no te quiero decir.
Ella:¡Dime!
El:Ehmm, nada, nada, ya voy para allá.
Ella:Hmmm ok.
(Se detiene en una floristería y compra la rosa
más bella del lugar)
Ella:¿Qué es eso que se oye? ¿Dónde estás?
El:Nada, ya voy en camino.
Ella:¡Nunca me dices nada!
El:Ya tendrás oportunidad de golpearme por eso
jaja.
Ella:Sí, es lo primero que haré.
El:¡Escucha! Pon atención.
Ella:¿Qué?
(Le sube el volumen al radio del auto; se oye
“just the way you are” – Bruno mars)
El:When I see your face…
Ella:¡Te odio! Cantas feo, cállate.
El:No me importa, canta conmigo.
Ella:No, eres demasiado tonto jajaja.
El:Estoy en el hotel que me dijiste. ¿Ahora hacia
dónde?
(Ella le indica la dirección y él llega a la puerta
de la urbanización, donde habla con el vigilante)
El:Buenas tardes.
Vigilante:Sí, ¿qué se le ofrece?
El:Vengo a ver a Andrea Gutierrez. Casa número
10.
Vigilante:Ok, pasa.
El:Gracias.
Ella:¡Dios!
El:Dios no; Angel, por favor.
Ella:Imbécil jajaja.
El:Ya estoy afuera, no sé qué casa es la 10, así
que iré al parque.
Ella:Espérame ahí.
El:Estoy nervioso, ya no quiero jajaja.
Ella:¡Vete, pues!
El:¿Después de todo lo que recorri? Estás loca.
Ella:Ya estoy lista, voy para allá, ¿ya puedo
colgar?
El:¡No! Quiero verte llegar hablando por teléfono.
Ella:Jajaja ¿por qué?
El:¿Qué haré mientras vienes? Hablarte me calma.
Él está sentado en uno de los bancos del parque
impaciente por verla y escondiendo la rosa
detrás de sí. No para de reirse de los nervios por
el teléfono y no puede evitar mirar hacia las
casas a cada segundo para verla llegar. De
pronto ve que alguien se acerca; una chica de
cabello largo y castaño. La chica está sonriendo y
sosteniendo un teléfono. Ella lo mira y baja la
cabeza riendo de los nervios. Los dos se
sonrojan. Él se levanta y va hacia donde está la
chica.
Ella:¿Hola? Jajaja qué locura, en serio.
El:Wow…
Ella:¿Qué? Cállate, estoy demasiado nerviosa.
El:¿En serio eres tú?
Ella:Duh, tonto.
El:Eres demasiado hermosa.
Ella:¡Cállate!
El:Tengo algo para ti.
(Saca la rosa y se la entrega mirando fijamente
sus ojos mientras ella casi no puede sostenerla
de los nervios)
Ella:Gracias… Qué hermoso.
El:No podía llegar con las manos vacías.
Ella:¿Nos sentamos? Creo que tenemos demasiado
de qué hablar…
El:Claro, vamos.
(Se sientan en el banco donde él esperaba en un
principio y comienzan a hablar. Ninguno de los dos
puede creer que el otro esté así; tan cerca)
El:Ven, vamos a los columpios.
(La toma de la mano y van corriendo como niños;
se sientan a seguir conversando)
Ella:Dime, ¿soy como imaginabas que sería?
El:No… Eres aún más perfecta… A ti puedo
tomarte de la mano y ver como te sonrojas
cuando te ries.
Ella:Cállate.
(Lo suelta y se cubre la cara con sus dos manos.
El rie tiernamente al ver que se ruborizó por lo
que dijo. Toma una de sus manos y empieza a
jugar con sus dedos. Ambos se miran. Él le aparta
el cabello de la cara rozando suavemente sus
mejillas y ella toma su mano. Ambos sonríen, no
pueden creerlo…)
Ella:Quiero ver la foto que le tomaste al cielo y
la tuya.
El:Listo, pero no puedes burlarte de mi.
Ella:Trataré, pero sé que saliste muy feo.
(El saca la cámara y le enseña las fotos. Ella se
queda mirando la foto de él con ternura y una
sonrisa se forma en su cara)
El:Ya viste, jaja devuelveme la cámara.
Ella:No, sonríe.
(Ella apunta la cámara hacia él y le saca una
foto)
El:Ey, tenemos que salir los dos, sino no vale.
Él se levanta y toma la cámara; se inclina detrás
de ella poniéndose a un lado y enfoca la cámara
hacia los dos. En eso, sin querer, sus mejillas se
rozan y él se aleja un poco para voltear a
mirarla. Ella hace lo mismo y se miran
mutuamente. Él se acerca y cierran los ojos. Roza
sus labios con los de ella y empieza a besarla a
lo que ella responde. Fue el beso más hermoso, el
momento más hermoso en la vida de ambos. Al
darse cuenta de lo que estaba pasando, se
separan un poco y se abrazan. No quieren que ese
momento se termine.
Ella, tartamudeando y casi sin poder hablar de
los nervios, finalmente dice:¿Y la foto..?
El:Claro, la foto…
Ambos sonríen y él toma la foto. Se queda
admirandola unos segundos y, sin quitarle los
ojos de encima a aquella cámara, toma la mano
de ella y la aprieta suavemente.
Él despierta con lágrimas en los ojos, le da un
golpe a la almohada y se vuelve a dormir…
Espero que hayan disfrutado de esta fuerte
historia de amor que de seguro a más de uno se le ha caído una lágrima, porque
alguna vez les ha pasado, que han estado soñando cosas maravillosas con ese
amor casi imposible, donde todo es color de rosas, donde todo es felicidad,
hasta que llega la peor parte del sueño, el despertarse y ver la realidad
nuevamente, estamos sin él, sin ella, está lejos y nada puedo hacer, nada más
que recordar los hermosos momentos que pase a su lado, y rogando, para que en
un futuro, yo pueda volver a encontrarla.
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